La cruda censura del gobierno estadounidense a Press TV y otros medios.

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Recientemente el gobierno de Joe Biden reconoció oficialmente que desactivó 33 sitios web de medios islámicos de origen iraní, iraquí, palestino y yemení. En términos más amplios, el último acto miope de la administración Biden es un desarrollo «positivo»: Es una clara señal del rápido declive de la influencia global de Estados Unidos.

Si bien muchos usuarios de las redes sociales expresaron inmediatamente su indignación por la cruda censura de los medios desde Washington, sería un error mirar el último movimiento desesperado simplemente a través del lente de la libertad de expresión.

Estados Unidos y sus aliados nunca fueron faros de la libertad de expresión, a pesar de sus afirmaciones en sentido contrario. Hace solo 15-20 años, Estados Unidos era lo suficientemente poderoso como para controlar la narrativa de los medios; por lo tanto, podría permitirse una flexibilidad caso por caso, camuflada como libertad de expresión.

Hoy, el poder de Estados Unidos está en declive en múltiples frentes.

Por lo tanto, se sabe la noticia de que el FBI y el Departamento de Comercio de EE.UU. han bloqueado los sitios web de PressTV, la Unión Islámica de Radio y Televisión de Irán junto con el canal árabe de Irán Al-Alam, Ahlul-Bayt TV con sede en el Reino Unido y Al-Masirah TV de Yemen entre otros, por un imperio cuya narrativa de poder blando ya no encuentra interesados.

Aquellos con una familiaridad básica con las páginas web derribadas verán inmediatamente que muchas de ellas tienen muy poco que ver con puntos de vista políticos y más con el discurso civilizatorio. Por ejemplo, Ahlul Bayt TV, con sede en el Reino Unido, o la televisión iraquí Karbala TV, no ofrecen muchas noticias sobre cómo enfrentar la agenda geopolítica de Estados Unidos. Son canales comunitarios locales, predicando la religión principalmente a aquellos que ya comparten sus creencias. Esta es una clara señal de que Estados Unidos está perdiendo la narrativa civilizatoria.

En términos de razones políticas relacionadas con la última acción de ciberpiratería estadounidense, hay dos factores clave que probablemente empujaron al gobierno de Biden a esta cruda táctica de bloquear sitios web:

  • Primero, la derrota política e informativa de Israel durante los últimos enfrentamientos en Palestina el mes pasado son un factor.
  • En segundo lugar, el gobierno de Biden está en proceso de apaciguar al Irán islámico haciendo retroceder algunas de las sanciones de la era Trump.

Por lo tanto, quiere parecer «duro» con Irán para mantener a raya a la élite republicana y reducir la presión interna.

En cuanto a las repercusiones de la última cibercensura estadounidense, acabarán favoreciendo a Irán.

A nivel nacional, la última medida de Estados Unidos confirmará, una vez más, a la mayoría de los iraníes que los caudillos estadounidenses nunca se rendirán con Irán ya que es el único país musulmán que expulsó a los EE.UU. y estableció un sistema estatal islámico moderno y funcional.

En el frente externo, el silencio sepulcral de los «discursos libres» occidentales y los medios corporativos reducirá aún más su credibilidad entre la gente de los países en desarrollo.

Por lo tanto, en términos más amplios, la burocracia estadounidense simplemente se ha avergonzado a sí misma y ha dado otro paso hacia un orden global multipolar; lo cual es, ciertamente, un desarrollo positivo.

Fuente: Crescent International | Traducción: Aarón P. Mourtada