El sultanato de Omán tiene heredero por primera vez en su historia

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Durante décadas Omán confió su sucesión a una rocambolesca ley creada por el sultán Qaboos. En vida Qaboos había dejado escrita su elección como heredero en un sobre que solo sería abierto si la familia real no lograba alcanzar un consenso acerca del sucesor en los tres días siguientes a su muerte. El sistema ni siquiera se llegó a aplicar. Hace un año los parientes de Qaboos, soltero y sin descendencia, optaron por saltarse el precepto inicial y proclamar sultán al nombre que contenía el sobre, Haizam bin Tariq al Said (65).

Ahora -en un acontecimiento histórico para el pequeño país del golfo Pérsico, con una población de 4,8 millones de habitantes de la que el 45% son extranjeros-, el sultán ha aprovechado el primer aniversario de su ascenso al trono para crear por ley la figura del heredero y designar oficialmente a su hijo Sayid Theyazin bin Haizam bin Tariq, de apenas 30 años, como sucesor desbaratando así la norma establecida por el difunto Qaboos.

El decreto real alumbra, según el texto divulgado por la televisión estatal, «un mecanismo específico y estable para la transferencia de poder en el sultanato y fija un mecanismo para la designación del príncipe heredero, clarificando sus deberes y poderes y reafirmando el principio del imperio de la ley y la independencia judicial como base para su gobierno».

El ascenso de Sayid Theyazin ha sido meteórico para una monarquía poco acostumbrada a los sobresaltos que durante décadas estuvo regida por una generación vinculada con la del sultán fallecido. «Los inversores habían pedido desde hace tiempo que Omán instituyera un sistema estable de sucesión pero había sido considerado arriesgado porque podía perturbar el equilibrio en el seno de la familia real. Parece que ya no existe ese temor», señala la analista Cinzia Bianco.

La irrupción de Sayid se fraguó el pasado agosto. En una remodelación gubernamental, su padre le nombró ministro de Cultura, Deportes y Juventud. Desde entonces sus apariciones públicas han ido en aumento presidiendo acontecimientos deportivos y actos dirigidos a la juventud omaní. Pocos detalles han trascendido de su biografía en un país que presume de su discreción. Graduado en ciencias políticas por la universidad británica de Oxford, ingresó en el servicio diplomático de Omán en 2013 y comenzó a trabajar en su misión londinense un año después. Regresó a casa tras la llegada de su progenitor al trono y durante los primeros meses de su sultanato le ayudó como asesor.

Su nueva tarea pública elimina una de las singularidades de Omán y acerca a su familia real a la de los países vecinos, con -no obstante- ciertas reticencias. «No se trata de un príncipe heredero sino del sucesor. Es un título y no una posición. El sultán le encargará ciertas responsabilidades pero el título no conlleva deberes precisos», subraya Elana DeLozier, politólogo y experta en la región.

Durante más de un siglo y pesar de no contar con la figura del heredero, el trono pasó de padres a hijos en Omán, una transferencia no exenta de sobresaltos y golpes palaciegos. La nueva legislación blinda ahora ese proceso y establece como requisitos que sea el primogénito varón del sultán y que sus padres sean musulmanes omaníes.

En caso de que el sultán fallecido carezca de descendencia, el trono será heredado por su hermano mayor o a su primogénito. El heredero reemplazará al sultán en aquellos acontecimientos a los que la máxima autoridad no pueda asistir por «un impedimento temporal». El actual sultán, primo de Qaboos, tiene otro hijo, Bilarab (25), y dos hijas. Con 177.000 seguidores en su cuenta de Instagram y un título insólito hasta ahora, Sayid se prepara para reinar.

Fuente: El Mundo