8 de Shawwal: Demoliendo la historia islámica.

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El día miércoles 8 de Shawwal de 1345 de la Hégira (21 de Abril de 1925), conocido como yaum al-Gham o Ruz-e Gham, día de la Aflicción; los mausoleos del cementerio Jannat al-baqi, en la ciudad santa de Medina, fueron demolidos por órdenes del rey Abdulaziz Ibn Saud. En el mismo año, también ordenó la demolición de los sepulcros de grandes personalidades del Islam en Jannat al-Mualla en La ciudad sagrada de Meca, donde la madre del Profeta Muhammad (la paz sea con él y su noble familia), su esposa Khadija, su abuelo y otros de sus ancestros están sepultados. La destrucción de sitios históricos y sagrados en Arabia a manos del gobierno de corte salafista de la familia real saudita continúa hoy en día por considerarlos fuentes de idolatría.

Orígenes del Cementerio de Jannat al-Baqi.

Literalmente Al-Baqi significa ‘jardín de árboles’, también se le conoce como Jannat al-Baqi debido a su importancia, ya que en el cementerio se encuentran sepultados muchos familiares y compañeros de nuestro amado Profeta.

El primero de sus compañeros enterrados en Jannat al-baqi fue Uthman bin Madhoon que murió el 3 de Sha’ban en el tercer año de la Hégira. El Profeta Muhammad (p​​) ordenó que se removieran algunos árboles, y en medio de ellos, enterró a su querido compañero, colocando dos piedras sobre su tumba.

En los años siguientes, el hijo del Profeta Muhammad, Ibrahim, que murió en la infancia y sobre el cual el Profeta Muhammad (p) lloró amargamente, también fue enterrado allí. La gente de Medina posteriormente comenzó a utilizar ese sitio para enterrar a sus muertos debido a que el Profeta (p) solía saludar a los que fueron enterrados en el Cementerio de Jannat Al-Baqi diciendo: «La paz sea contigo, oh morada de fieles! Si Dios quiere, pronto los acompañaremos. Oh Dios, perdona a los ocupantes de Al-Baqi».

El sitio de entierros dentro de Jannat al-Baqi fue gradualmente extendido. Casi siete mil compañeros y contemporáneos del Noble Profeta Muhammad (p​) así como seguidores y compañeros de su familia fueron enterrados allí. Descendientes del profeta e imames, como el Imam Hassan bin Ali, el Imam Ali ibn Hussain, el Imam Muhammad bin Ali, y el Imam Ja’far bin Muhammad, la paz sea con ellos, fueron todos enterrados allí.

Entre otros familiares del Profeta Muhammad (p​​) que fueron sepultados en el Cementerio de Jannat Al-Baqi se encuentran sus tías Safiya y Aatika, y su tía Fátima bint al-Assad, la madre del Imam Ali (as). El tercer califa Uthman fue enterrado fuera de Jannat Al-Baqi, pero con las ampliaciones posteriores, su tumba fue incluida en la zona. En años posteriores, grandes eruditos musulmanes como Malik bin Anas y muchos otros, fueron enterrados allí también. Por lo tanto, Jannat Al-Baqi se convirtió en un lugar conocido y de gran importancia histórica para todos los musulmanes.

Jannat Al-Baqi visto por los historiadores.

Umar ibn Jubair, el famoso geógrafo y viajero andalúz describe Jannat Al-Baqi como él lo vio durante su viaje a Medina, diciendo: «Al-Baqi está situado al este de Medina. Se entra a través de la puerta conocida como la puerta de Al-Baqi. Al entrar, la primera tumba que se ve a la izquierda es la de Safiyya, la tía del Profeta Muhammad, y avanzando un poco más se encuentra la tumba de Malik bin Anas, el Imam de Medina. En su tumba se levanta una pequeña cúpula. Frente a ella está la tumba de Ibrahim, hijo de nuestro Profeta Muhammad (p​​) con una cúpula blanca sobre ella, y junto a ella a la derecha está la tumba de Abdul-Rahman, hijo de Umar ibn al-Khattab, popularmente conocido como Abu Shahma, cuyo padre había mantenido castigarlo hasta que la muerte lo alcanzó. Frente a ella se encuentran las tumbas de Aqil bin Abi Talib y Abdullah bin Ja’far al-Tayyar. Allí, frente a esas tumbas se localiza un pequeño santuario que contiene las tumbas de las esposas del Profeta Muhammad, seguido del santuario de Abbas bin Abdul Muttalib”.

“La tumba de Hasan bin Ali (as), nieto del Profeta, está situada cerca de la puerta a mano derecha, tiene una cúpula elevada sobre él. Su cabeza se encuentra a los pies de Abbas bin Abdul Muttalib, y las dos tumbas se levantan por encima del suelo; sus paredes están revestidas con placas amarillas y tachonadas con clavos en forma de estrellas hermosas. Así es como la tumba de Ibrahim, hijo del Profeta Muhammad (p) también ha sido adornada. Detrás de la ermita de Abbas se encuentra la casa atribuida a Fátima Zahra, la hija de nuestro Profeta Muhammad (p​​), conocida como «Bayt al-Ahzaan» (la casa de las penas), porque es la casa que ella solía frecuentar para llorar la muerte de su padre, el elegido, la paz sea con él. En el extremo más alejado de Jannat Al-Baqi se encuentra la tumba del califa Uthman, con una pequeña cúpula sobre él, y allí, junto a él, se encuentra la tumba de Fatima bint Asad, madre de Ali bin Abi Talib (as)”.

Después de un siglo y medio, el famoso viajero Ibn Batuta llegó a describir Jannat Al-Baqi de una forma que no la hace de cualquier manera diferente de la descripción dada por Ibn Jubair. Y añade diciendo: «En Al-Baqi se encuentran las tumbas de numerosos Mujahirin , Ansar y muchos compañeros del Profeta (p​), salvo que la mayoría de sus nombres son desconocidos.»

De este modo, a lo largo de los siglos, Jannat Al-Baqi siguió siendo un lugar reverenciado con las renovaciones que se requerían a medida que eran necesarias hasta que la interpretación salafi del Islam llegó al poder en la península arabiga a principios del siglo XIX de nuestra era. Estos últimos profanaron las tumbas y las destruyeron mostrando una falta de respeto hacia los mártires y compañeros del Profeta Muhammad (p​​) enterrados allí. Los musulmanes que estaban en desacuerdo con ellos fueron calificados como incrédulos «kafiroun en árabe» y asesinados.

Primera destrucción de Jannat Al-Baqi.

Los adherentes al salafismo creen erróneamente que la visita a las tumbas y mausoleos de profetas, imames, o de musulmanes piadosos es una forma de idolatría y por ende, totalmente anti-islámica. Los que no concordaban con sus creencias fueron asesinados y sus propiedades fueron confiscadas cuando ascendieron al poder. Desde su primera invasión, y hasta hoy en día, la familia Saud, al igual que otros gobernantes de los Estados del Golfo,  han llevado a cabo masacres contra todo musulmán que no esté de acuerdo con sus ideas. Obviamente, el resto del mundo islámico, que es mayoritario, siempre ha visto esos sepulcros con profunda reverencia. Si no hubiera sido de ese modo, los califas Abu Bakr y Umar no hubieran manifestado su deseo de ser sepultados cerca de la tumba del Profeta Muhammad (p​​).

De 1205 a 1217 AH, adherentes al salafismo hicieron varios intentos para tomar el poder en el Hijaz, una región de la Península Arabiga, pero fracasaron. Posteriormente, en el año 1217 AH, de alguna manera surgieron victoriosos en la ciudad de Taif. En 1218 AH, entraron en la Meca y destruyeron todos los lugares y cúpulas sagradas, incluyendo la que servía como dosel sobre el pozo de Zamzam.

En 1221, entraron a la ciudad sagrada de Medina y comenzaron a profanar Jannat al-Baqi, así como todas las mezquitas que encontraron. Intentaron incluso demoler la tumba del Profeta, pero por una razón u otra, la idea fue abandonada. En los años siguientes, a los musulmanes de Irak, Siria y Egipto se les negó la entrada en la Meca para el Hajj o Peregrinación. El rey en Arabia Saudita de ese tiempo estableció una condición previa: que los que deseaban realizar la peregrinación tendrían que aceptar el islam en su forma salafi o ser considerados no musulmanes y perder el derecho para entrar en la Meca.

Jannat Al-Baqi fue arrasado hasta los cimientos, y actualmente no hay indicios de ningún sepulcro o tumba en absoluto. Pero los saudíes aún no estaban bastante satisfechos con hacer todo eso. El rey Saud ordenó a tres guardianes del santuario del Profeta que le mostraran donde se guardaban los tesoros y saquearon el tesoro para su propio uso.

Miles de musulmanes huyeron de la Meca y Medina, en un intento por salvar su vida y escapar de la creciente presión y persecución. Musulmanes de todo el mundo denunciaron este salvajismo en Arabia y exhortaron al Califato Otomano a salvar los sitios sagrados de la destrucción total. Entonces, como es sabido, Muhammad Ali Pasha atacó el Hijaz y, con el apoyo de las tribus locales, logró restaurar la ley y el orden en Medina y la Meca, desalojando a los miembros del clan Al-Saud. Todo el mundo musulmán celebró esta victoria con gran regocijo. En El Cairo, por ejemplo, las celebraciones continuaron durante cinco días. Sin duda, la alegría se debía al hecho de que los peregrinos fueron una vez más libres de realizar el Hajj o peregrinación y los santuarios sagrados fueron restaurados una vez más.

En 1818 de la era común, el califa otomano y sus sucesores, los califas Abdul Hamid y Mohammed, llevaron a cabo la reconstrucción de todos los lugares sagrados y la restauración de la herencia islámica en todos los sitios importantes. Entre 1848 y 1860 E.C. se realizaron otras reformas con un costo de casi 700,000 libras, la mayoría de las cuales procedían de las donaciones recogidas en la mezquita donde se encuentra la tumba del profeta Muhammad (p).

jannat ul baqi, en la actualidad totalmente demolido

Segunda destrucción a manos de los salafis

El Imperio Otomano había contribuido al esplendor de Medina y La Meca, las ciudades sagradas, construyendo estructuras religiosas de gran belleza y valor arquitectónico. Richard Burton, quien visitó los lugares sagrados en el año 1853 disfrazado de musulmán afgano y adoptando el nombre musulmán de Abdullah,  narraba que Medina contaba con 55 mezquitas y santuarios. Otro aventurero Inglés que visitó Medina en 1877-1878 la describe como una pequeña ciudad hermosa que se asemeja Estambul. Él escribe con especial detalle sobre sus paredes blancas, esbeltos minaretes dorados y verdes campos.

En 1924 de la era común, salafistas comandados por la familia Saud entraron al Hijaz por segunda vez y llevaron a cabo otro saqueo inmisericorde y una masacre. La gente en las calles fue asesinada, las casas fueron arrasadas y las mujeres y los niños tampoco se salvaron.

Arista bin Hashim (Imam de La Meca) escribe: «Frente a mí, el valle parecía haber sido pavimentado con cadáveres, había manchas de sangre seca en todas partes al alrededor y no había árbol que no tuviera uno o dos cadáveres cerca de sus raíces…»

En 1925 La ciudad santa de Medina se rindió ante el ataque y todo el patrimonio islámico fue destruido. El único santuario que se mantuvo intacto es el del Santo Profeta Muhammad (p). Ibn Jabhan dice: «Sabemos que mantener en pie el sepulcro del profeta Muhammad está en contra de nuestros principios, ya que su tumba en la mezquita es un pecado abominable.»

Las tumbas de Hamzah y otros mártires de la histórica batalla de Uhud fueron demolidas y la mezquita del Profeta fue dañada. En protesta, los musulmanes de todo el mundo exigieron que garantías de su restauración fueran dadas por el rey del clan Saud, pero la promesa nunca se cumplió. Se hizo también la promesa de que el Hijaz tendría un gobierno islámico multinacional, promesa que también fue abandonada.

Posteriormente, en el año 1925, Jannat al-Mualla, el cementerio en la Meca también fue destruido junto con la casa donde nació el Santo Profeta Muhammad (p​). Desde entonces, este día es un día de luto para los musulmanes, mientras tanto,  la familia Saud aún sigue en el poder de Arabia difundiendo la intepretación salafi del Islam por todo el mundo y continúa con la destrucción de sitios de gran importancia histórica y religiosa para los musulmanes bajo la justificación de realizar ampliaciones en los recintos y las ciudades sagradas.

Lista parcial de los sepulcros y santuarios demolidos

Jannat ul-Baqi antes de su destrucción.
  • Al-Mualla cementerio en La Meca, que incluye la tumba de Sayyida Khadija bint Khuwailid (sa), esposa del Profeta Muhammad (saw​​), la tumba de Amina bint Wahab, madre del Profeta (saw​​), la tumba de Abu Talib, padre de Imam Ali (as), y la tumba de Abdul Muttalib, el abuelo del Profeta (saw​​)
  • La tumba de Hawa (Eva) en Jeddah
  • La tumba del padre del Profeta Muhammad (saw​​) en Medina
  • La casa de las penas (Bayt al-Ahzaan) de Fatima Zahra (as) en Madina
  • La mezquita de Salman al-Farsi en Medina
  • La mezquita Raj’at ash-Shams en Medina
  • La casa del Profeta Muhammad (saw​​) en Medina, donde vivió después de migrar de la Meca
  • La casa del Imam Ja’far bin Muhammad (as) en Medina
  • El complejo (mahhalla) de los Banu Hashim en Medina
  • La casa del Imam Ali (as), y lugar de nacimiento del Imam Hasan (as) y el Imam Hussain (as)
  • La casa de Hazrat Hamza y las tumbas de los mártires de Uhud (as)

Notas:

Para una lista exhaustiva y mayor información, visitar: